...cuando las cosas no caben en los pensamientos, ocurre la metamorfosis, y se vuelven letras...
miércoles, 3 de junio de 2009
cerca...
y la situacion no cambia... desde la ultima vez, sigo sentado frente a la pc, con miles de cosas que hacer, sin una forma de expresar lo poco que queda de mi... la soledad empieza lenta y efectivamente a invadirme... el final se acerca...
Esta noche Debí hacerle caso al chico de manos tibias de no tomar tanto refresco de cola, ¡ja! La noche se me hace eterna y se torna peligrosa para mi equilibrio mental, aunque no tan equilibrado realmente. Mi mesa está repleta de papeles de colores cortados con las mismas ganas de un lunes por la mañana. El cadáver de un alebrije sin terminar yace sobre el mantel impregnado de laca, mmm, no quisiera ver la cara que pondrá mi madre en unas horas al ver tremendo caos en su cocina regularmente adecentada… pasmada observo que entre los garabatos que escribí en una reacción maquinal por mantener ocupadas mis manos, mientras escuchaba por enésima vez la misma canción, ¿tu nombre?… ¡sí! Tu nombre en letras MAYUSCULAS y sombras en tono bermellón, haciéndolo lucir ligeramente soberbio, pero no es ese deslumbrante brote de locura lo que me preocupa, sino mas bien el hecho de que sea “ese” y no “aquel” o “aquellos” nombres...(solo por no olvidar aquellas noches de juerga desenfrenada al lado de tantos y tantas)… a lo cual solo me respondí con un vehemente gesto de negación, y… ¡estúpido perro!, ¡deja de ladrar que no escucho mis pensamientos!... Claro…ahora todo parece claro…por eso mi tendencia a evadir cualquier oportunidad que pueda acercarme a un “quizá ”: puede que conversaremos esta noche, probablemente te llegaré a querer, y quizá, solo quizá, formaras parte de mi intento por esa imitación barata de la utopía de mi vida, y es que cada palabra tuya, le abre paso a una posibilidad de que ocurra ese “tal vez”, a pesar de que mantengo con firmeza el no involucrar mis emociones con nada ni con nadie, tratando de enfocar mi interés solo en lo que sea tangible…sin compromisos pero no por ello de manera fácil… y perdona si mi comportamiento llega a ser incongruente, pero lo acepto, es mi temor al “tengo que…”
Esta noche Debí hacerle caso al chico de manos tibias de no tomar tanto refresco de cola, ¡ja! La noche se me hace eterna y se torna peligrosa para mi equilibrio mental, aunque no tan equilibrado realmente. Mi mesa está repleta de papeles de colores cortados con las mismas ganas de un lunes por la mañana. El cadáver de un alebrije sin terminar yace sobre el mantel impregnado de laca, mmm, no quisiera ver la cara que pondrá mi madre en unas horas al ver tremendo caos en su cocina regularmente adecentada… pasmada observo que entre los garabatos que escribí en una reacción maquinal por mantener ocupadas mis manos, mientras escuchaba por enésima vez la misma canción, ¿tu nombre?… ¡sí! Tu nombre en letras MAYUSCULAS y sombras en tono bermellón, haciéndolo lucir ligeramente soberbio, pero no es ese deslumbrante brote de locura lo que me preocupa, sino mas bien el hecho de que sea “ese” y no “aquel” o “aquellos” nombres...(solo por no olvidar aquellas noches de juerga desenfrenada al lado de tantos y tantas)… a lo cual solo me respondí con un vehemente gesto de negación, y… ¡estúpido perro!, ¡deja de ladrar que no escucho mis pensamientos!... Claro…ahora todo parece claro…por eso mi tendencia a evadir cualquier oportunidad que pueda acercarme a un “quizá ”: puede que conversaremos esta noche, probablemente te llegaré a querer, y quizá, solo quizá, formaras parte de mi intento por esa imitación barata de la utopía de mi vida, y es que cada palabra tuya, le abre paso a una posibilidad de que ocurra ese “tal vez”, a pesar de que mantengo con firmeza el no involucrar mis emociones con nada ni con nadie, tratando de enfocar mi interés solo en lo que sea tangible…sin compromisos pero no por ello de manera fácil… y perdona si mi comportamiento llega a ser incongruente, pero lo acepto, es mi temor al “tengo que…”
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