ejercicios de sinceridad...

Nos hemos equivocado, aunque teníamos razón sobre el otro. Honestamente, pudimos haber dicho que no, aun sin tener que hablar, hubiera sido mas fácil prohibir esos gestos, ese juego maldito desde el principio de los tiempos. El mal esta hecho, y estoy dispuesto a darte el corazón con tal de seguir el camino de la maldad. Al diablo la amistad, te necesito a mi lado, y saber que solo estas aquí porque yo estoy para ti, prisionero de tus ojos, convicto por tu sonrisa, atrapado por el brillo de tu pelo, encadenado al delicado caer de tus senos sobre tu pecho. No sabes lo que haces en mi, y tengo miedo que lo sepas. Pero finalmente, todo crimen debe ser pagado, y tu me has robado el corazón. Paga.
Ojala y fuera tan fácil como tomarte por la fuerza, atarte con mis brazos, tomar tu delicada cara entre mis manos, con firmeza, si, pero con todo el amor que este viejo corazón roto y rearmado mil veces pueda mostrar, concentrarme en tus labios y esperar a que suceda la magia del amor. Pero, tu más que nadie sabe que eso no va conmigo.
Sin duda alguna, alla afuera hay otros mejores, pero si, de consuelo me sirve, nadie te amara como yo, con tanta pasión y temor, con tanta tristeza y dedicación, con tal romanticismo y crudeza. Y lo mejor, si tu no quieres, no será para siempre.
Pero eso si mujer, de aceptar mi humilde peticion, solo una licencia para conmigo te pido: si has de irte, vete. Si has de dejarme, dejame. Si has de cambiarme por otro, hazlo. Pero no juegues conmigo, que yo pienso hacer lo mismo. Y además, no pretendas que sigamos siendo amigos, pues para mi seria imposible. Y el no verte seria como borrarte de mi mente.